Over


Se me acabó Parks and Recreation y ni siquiera me queda el consuelo de tener quien llore la pérdida junto conmigo.
Fefé, que bien me conoce y sabía cómo iba a estar sufriendo, me trajo un regalo:


Sí me consoló poquito, pues.

Y ahora me quedo sin serie hasta junio que regrese Orange is the New Black.
Ni que tuviera tanto tiempo para ver televisión, anyway, pero sí voy a extrañar la clase de serie que fue Parks and Rec. No fue una comedia como 30 Rock, que también amé, que transmitiera a un gag cada seis segundos. Tampoco fue Arrested Development, de mis favoritas, bizarra y absurda.
Fue una serie de humor muy sencillo con personajes maravillosos. Estaré enamorada siempre de Leslie Knope, pero tengo lugar en mi corazón para Ron Swanson.
No voy a negar que entre los encantos que encontré en la serie fue una protagonista mujer. Y no cualquier mujer, una mujer feminista.
La serie proyectó en diversos episodios las posturas de Leslie ante diversos temas: las uniones homosexuales, los concursos de belleza, las mujeres en la política, el sexo positivismo, la equidad de género... 
Pero la última temporada se la llevó. Abordaron además la invasión a la privacidad por las compañías tecnológicas, los ridículos trend foods, las Mommy Wars y el que más me gustó, The Men´s Rights Activism.




La voy a extrañar.
Ojalá pronto haya otra serie que vaya desperdigando ideas cosquilleantes por ahí.

Mientras, seguiré trabajando para ser mi propia Leslie.


E incluso un poco de Ron Swanson.



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