La incultura

Elise Sax es una madre de familia que está a punto de iniciar una tarea: Culturizar a sus hijos.
En el artículo comenta que como madre siente que no ha hecho suficiente, sobre todo en el aspecto cultural de sus hijos adolescentes, quienes disfrutan de los videojuegos y de reality shows. En algún punto ella les pregunta si saben quién es Ana Bolena, a lo que ellos no saben responder. La escritora del artículo es una mujer que como periodista, ha podido viajar y vivir en algunos lugares del mundo y además, como ella lo pone: Sé cosas. Sé cosas que podría estar enseñándoles. Por todo esto decide hacer maletas y llevarse a sus hijos a un viaje cultural a Europa.
El artículo me dejó pensando. Llegando a casa le pregunté a los hijos si sabían quién era Ana Bolena. Harry me contestó e incluso recordó dónde había visto la información. Lo comparto porque fue uno de esos momentos bochornosos que todo padre y madre padecen al menos 367 veces en la vida.
Una noche me encontraba viendo en la tele una serie soft porn histórica protagonizada por mi papacito chiquirrurris Jonathan Rhys-Meyers... (imagen obligada)
... cuando Harry salió de su habitación.
- ¿Qué estás viendo?
- Una ser... ¡NADA! ¡NO ESTOY VIENDO NA...! ¡SOY UNA ADULTA! ¡PUEDO VER LO QUE SEA! ¡TÚ NO ME MANDAS!
- ...
- ESTOY... ejem... estoy viendo una serie sobre los Tudor.
- ¿Y de qué trata?
Y ahí me puse a explicarle lo que sabía, quitándole las partes pornochas.
Por supuesto que la criatura se iba a acordar.
Y seguí pensando.

Déjenme que les diga que mis hijos son dos de las personas con las que más placentero me resulta platicar. Bien me dijo Sandygallia en Twitter: es una maravilla poder educar a tus propios humanos para poder hablar de cosas afines.
Con todo, tengo dos hijos muy distintos entre sí y muy distintos también a mí. Por ejemplo, las charlas con William suelen terminar con un: "no me estás entendiendo, ¿verdad?"... que él enuncia entre un suspiro resignado y una aspiración de paciencia. Luego procede a explicarme por enésima vez cómo funciona el tiempo, o el magnetismo, o lo que sea. En las charlas con Harry, por otro lado, no tengo mucha ocasión de participar ya que salta de un tema a otro, de una información a otra, profundiza, se indigna, bromea, se ríe y luego vuelve a cambiar de tema. Sé que pago algún tipo de karma con ambos.

Ignoro en qué consiste la "culturización" o cuáles son los criterios para decir si una persona es culta o no. Lo que yo creo, desde el artículo que leí, es que puedes aprender un montón de cosas en los viajes. Lo que yo sé, desde mi experiencia, es que este aprendizaje no se compara a cuando llevas un conocimiento previo y luego ya en el viaje, llegas a ciertos lugares. No puedo olvidar las expresiones de sorpresa y admiración de los hijos ante monumentos históricos, ruinas arqueológicas, sitios turísticos, museos, pinturas, etc. Pero es porque llevaban información (claro que esto también es la excusa de por qué no salimos más de vacaciones).
Cultura o no (supongo que lo es, todo lo es, incluso los reality shows y los videojuegos que menciona la autora) aun trato de averiguar su proceso de adquisición. La respuesta lógica es la imitación, la enseñanza de patrones, el conocimiento común. Y entonces me pregunto ¿por qué dice la autora que falló? Y si lo hizo ¿en qué lo hizo?
Todos los niñxs son curiosxs. No me he topado con unx que no lo sea. Como papá o mamá,  respondes sus preguntas de alguna manera porque sabes que no van a dejar de estar fregando hasta que lo hagas. Luego les compras una computadora y les dices "googléalo". Al menos eso hice yo con William desde tercero de primaria. Le di una libretita y le dije que anotara las preguntas que tenía y que luego las buscaríamos, esto para evitar accidentes de tráfico debido al mareo que me producía su incesante parloteo. Harry no hacía tantas preguntas. Fefé siempre me decía: no te preocupes, él escucha. Y qué razón tenía. Si hay alguien que por los criterios del artículo puede considerarse culto en esta casa es Harry.
¿Pero no hacemos esto los papás que podemos?
¿Entonces en qué se falla?
Se puede poner como excusa la televisión, los videojuegos, el internet, el sistema educativo deficiente...
Mis hijos son ávidos consumidores de electrónicos también. Ven reality shows del History Channel. Vemos películas y series de televisión.
¿Entonces?
Lo ignoro. Nadie sigue un guión o un instructivo para educar a los hijos. Y cada hijo es diferente. Cada papá y mamá también. Y me interesaría saber dónde está la fuga porque puede dar para una tesis en mi maestría referente a la adquisición cultural por medios electrónicos y su aplicación en la tecnología educativa (creo que acabo de encontrar mi tema de investigación).

Seguiré leyendo la aventura de Elise con sus hijos en Europa. Tal vez me pueda dar algunas pistas.
Y mientras tanto, seguiré embarcándome en deliciosas discusiones con mis hijos, en pláticas sobre los personajes de alguna serie de televisión, sobre el cómic en el que se basó, o el libro que hicieron película, o los directores de tal cinta, o las noticias más actuales, o las canciones que más les gustan, o todo a la vez porque así hablamos en esta casa.
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Nada que ver, pero sí:
En una junta escolar en la que Harry fue suficientemente valiente para denunciar los abusos de un par de chicos contra otro de su salón, un padre de familia -no teniendo nada qué decir contra mi nene- dijo:
- Pues Harry muy culto, muy culto, pero su lenguaje... (refiriéndose a que usaba "malas palabras").
Yo sólo sonreí aunque por dentro me carcajeaba pensando: "Grandísimo pendejo ¿eso es todo lo que tienes? Si el niño dice groserías pues es que se parece a su madre, qué chingados".
Como si la cultura estuviera peleada con las "malas palabras".

Por cierto sus maestras luego juraron que nunca lo han escuchado decirlas, y ha de ser verdad porque yo tampoco, y así como que mucha censura en esta casa, pues no. Y si lo hiciera, él sabe que el problema no es el lenguaje sino el contexto.

Les dejo un poco de musiquita, de mis hijos que no sólo ven televisión.




Comentarios

ranasanchez dijo…
Me quedé en la parte de la foto de Enrique VIII.
Es la ùnica forma de engancharte, Rana Marìa.
Es la ùnica forma de engancharte, Rana Marìa.
ranasanchez dijo…
Pues es que así ¿cómo no?

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