domingo, 26 de junio de 2011
Porque también tengo prejuicios
miércoles, 22 de junio de 2011
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Acabo de pasar por el hotel para recoger mis cosas. Había un auto dentro del estacionamientoi con los vidrios rotos por balas y al menos dos personas heridas o muertas. Ya habían llegado dos camionetas de federales. El sitio estaba resguardado por militares desde ayer.
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Sólo lesionados. Los venían siguiendo y se metieron al hotel donde estaban los militares. Para protegerse.
jueves, 16 de junio de 2011
It´s over
martes, 14 de junio de 2011
"Cómo no se van a hacer su pedo a un peinador..."
sábado, 11 de junio de 2011
La marcha de las putas
Me permití aprovechar que la palabra marcha ha sido muy usada estos días para pedirle a @diosadelaweb que nos contara qué es eso que andan armando en donde ella vive (Seattle) pero que inició en Toronto, y a lo que llaman La marcha de las putas. The Slut Walk. Y zaz, que me dice que sí, y que lo escribe, y que le pone un montón de links interesantes.
No son prostitutas quienes marchan, sino personas que… bueno, ya lo verán. Pero, sí, la traducción más adecuada para The Slut Walk es La marcha de las putas, aunque slut no sólo significa puta. (La diosa wikipedia lo explica muy bien, por si gustan.)
Nos viene muy bien este textín porque engloba varias cosas que hemos dicho aquí: el estigma, el acoso, las formas estúpidas de usar la palabra puta, el derecho que cada quién tiene sobre su cuerpo, los derechos de las trabajadoras sexuales y todas esas ondas; además de que la manera de escribir que tiene diosadelaweb cae de perlas en este (no tan) humilde espacio.
Disfrutémosla pues. Alegrémonos porque la gente se mueve, indignémonos porque esta movilización es necesaria y preguntémonos por qué México no se está sumando a esta marcha.
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No, significa no. O al menos eso es lo que me enseñó mi madre. Pensaría un@ que en estos días donde el matrimonio gay es real en algunas partes; donde caminamos pasitos a legalizar los derechos de l@s herman@s transgénero; todo el ruido y nueces de “no means no” es cosa del pasado, ¿cierto? Que hemos avanzado tanto que nadie cuestiona nuestro derecho a decir sí y a cambiar de opinión cuando se nos dé la gana, ¿qué no? No. No. No. Unas muestritas…
Laura Hogan, corresponsal de guerra de CBS es brutalmente atacada por una horda de sátrapas en Egipto y lo que más se leyó en el ciberespacio no fueron palabras de apoyo para ella o de condena para ellos, sino chistes de mal gusto y cuestionamientos sobre su derecho a ejercer el periodismo. Y si no me creen, pregúntenle a Inés Sáinz. Quién les manda a las dos usar vestidos pegaditititos y meterse en lo que no les importa. A los casilleros nomás los machitos, o eres cancha reglamentaria mi reina. Fair play pues, por puta.
La policía de Toronto (la ciudad más cosmopolita de Canadá) ilumina las mentes de l@s estudiantes de la Universidad de York durante una conferencia sobre seguridad civil indicando que “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”. Comentario harto apropiado para un campus universitario. Porque hay que ver cómo se visten las alumnas, dios bendito… chingaderas, nomás. 2011 mi gente, 2011.
En Manitoba (la provincia menos cosmopolita de Canadá), un violador confeso no va a la cárcel porque, en la lógica –misógina- del juez “la actitud seductora, las ropas atrevidas… evidente que el deseo sexual estaba en el aire”. No me lo invento. El de la túnica está castigadote y no puede presidirsobre casos de contenido sexual. Pobre. El violador está de vuelta en la comunidad, apuntadito en el registro de ofensores sexuales. Pobre. La víctima se siente presa en su propia casa. No sale. Tiene miedo. Se siente avergonzada. Pero quién le manda vestir como puta. Que se joda. Por puta.
En Escocia, un diputado y juez distrital nos regala esta joyita: “la supuesta víctima tal vez era prostituta, caminando sola en esas calles”– refiriéndose al símil de la zona roja en Glasgow, donde una ola de violaciones tumultuarias se extendía por más de 3 meses. Encantito, diría mi tía. El fulanito, Bill Aitkenrenunció días después de tan sabias palabras. Me imagino que la víctima se siente peachy. Slut.
Y por qué no, acordémonos de Daiana, la niña de 16 años –no se les olvide gente, la edad para consentir en el estado de Quintana Roo es de 18 años– a la que tuiter@s con mucho tiempo libre y un sentido del humor con poco sentido común fusilaron en vivo y en directo. Finalmente, hay que ver cómo sale en las fotos, mírala nada más, si se le ve todito, si bien que quería, y aparte andaba hasta el queso. ¡Horror! ¡Injusticia! Marchemos todos vestidos de white por el abuso… a Kalimba. Pobre. (Otro día les platico las delicias de los Códigos Penales estatales, buenísimas). Daiana, que se jorobe. Por puta.
Bueno, ¿pero qué tal que no tuvieras 16 ni anduvieras en antros, sino 11? ¿Once años y te ataca repetidamente un grupo de hombres de 14 a 27 años? Es tu culpa, porque te ves más grande que tus 11 veranitos. Culpa de tu madre que te deja salir a jugar con tus muñecas a la calle. Tu culpa porque pareces puta con ese maquillaje, pareces de veintitantos. ¿Cómo sé esto? Bueno, porque uno que otro de los VEINTIOCHO violadores tomaron video y lo pusieron en internet cuando te violaron entre porras y risas en una casa abandonada en Texas. Chínguese, por puta. Chínguese 28 y más veces, por puta.
Todas dijeron no, y al final, son culpables. O sea, que “no, significa no” es pura retórica, y baratísima. Que cuando salga yo a la calle, favor de cubrirme los tobillos y las pechugas, no vaya siendo que tiente a algún “torpe Don Juan” (frase cortesía del juez canadiense) y acabe yo tirada en alguna de las marinas de Seattle. Sin ropa, sin entereza, sin derechos. Que salga acompañada y no ande sola por malos vecindarios, porque me arrastran en un callejón donde se sabe que las sexoservidoras llevan a sus clientes (cortesía del diputado escocés) y bueno… Que el significado de puta es acomodaticio. Porque desde luego niños y niñas, ‘sabiduría’ popular e idiosincrasia nos dice que las sexoservidoras enseñan piel y comercian con sexo, luego entonces merecen ser agredidas, golpeadas y violadas (La violación es violación, aún si me ganase la vida con el sudor de mi espalda y la tuya).
Pues resulta que a Sonya Barnett y Heather Jarvis en Toronto no les pareció simpático el regreso al discurso de los 50’s que culpa a la víctima de violencia sexual por su apariencia, actitud, estado de ebriedad o capacidad legal de consentimiento. Estas viejas argüenderas organizan la primera Marcha de las Putas en Toronto. Slut Walk. Y las putas y sus amig@s marcharon. Digo, que la mayoría de las 4,000 mujeres (y hombres, cómo no) que marcharon no eran sexoservidorxs. Pero tenían un mensaje en común. Que no, significa no.
De Toronto, el mensaje del puterío se esparció como los malos modos hastaSiátl Guashinton, que es donde ésta, su diosadelaweb hace de las suyas. El próximo 19 de junio vamos a la Marcha de las Putas con minifalda, liguero y taconsotes, faltaba más. Las hermanas en Nueva Zelanda desfilan el 25. En Australia se engalanan el 13. Londres. Salt Lake City. Montreal. Sacramento. Nueva York. Ottawa. Nueva Brunswick. Amsterdam. Las putas marchamos. Porque no, significa no. ¿Capisci? O lo explicamos…
NO, SIGNIFICA NO.
Si nos ponemos medias de red y tacones de aguja: no, significa no.
Si la apertura de mi falda sube hasta mi muslo: no, significa no.
Si en cualquier momento decides no consumar el acto sexual: no, significa no.
Si me pongo una borrachera marca noseasuste: no, significa no.
Si ella baila de forma sensual: no, significa no.
Si el escote de su vestido es épico e invitador: no, significa no.
NO, SIGNIFICA NO.
Me gustaría decir que también vamos a la Marcha de las Putas en el DF, Guadalajara, Morelia y Monterrey; pero no hay ninguna organizada. ¿Quién se apunta? ¿O qué; preferimos seguir marchando por Kalimba?
Ahí luego les platico cómo estuvo la marcha del puterío. Imagino será bien atendida por mujeres y hombres que como su diosadelaweb, fueron educad@s por gente que ama la vida y la libertad de expresión.
Por l@s curios@s, por l@s escéptic@s. Por l@s sexoservidorxs del downtown de mi ciudad del café. Por integrantes de una que otra iglesia progresista. Al final, no importa quién vaya, el caso es que aistaremos. Aistaremos y caminaremos en tacones altos por los derechos míos, los tuyos, los de tu mamá, tu abuelita, tu hermana, tu vecina, tu novia, tu sobrinita, tu hija…
Saludos desde Siátl, diosadelaweb.
Pues sí se armó.
Nos vemos mañana en la Antigua, que acá nosotras no haremos marcha sino un evento cultural en torno a "No es no" y la Marcha de las Putas.
Decidimos que marcha no, ya que siempre éramos las mismas pendejas caminando y no quisimos sumarle al putas lo pendejas.
Ya les contaré cómo estuvo el aquelarre y a ver qué sale de todo esto.
jueves, 9 de junio de 2011
Odio mi cámara
Bajo los altos árboles de la Alameda
y a una joven con ojos de esperanza.
Junto a ella otras jóvenes pedían más firmas
y aquella hora fue como una encendida patria
de amor al amor, de gracia por la gracia,
de una luz a otra luz.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
Y conmigo, en cien países, cien millones de firmas,
cien orquestas del mundo, una sinfonía universal,
un solo canto por la Paz en el mundo.
Hoy no he firmado el poema ni los pequeños artículos,
ni el documento que te esclaviza,
no he firmado la carta que no siente
ni el mensaje que durará un segundo.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
Para que el tiempo no se detenga,
para que el sueño no se inmovilice,
para que la sonrisa sea alta y clara,
para que una mujer aprenda a ver crecer a su hijo
y las pupilas del hijo vean cómo su madre es cada día más joven.
Hoy he dado una firma, la mía, para la Paz.
Un mar de firmas que ahogan y aturden
al industrial y al político de la guerra.
Una gigantesca oleada de gigantescas firmas:
la temblorosa del niño que apenas balbucea la palabra,
la que es una rosa de llanto de la madre,
la firma de humildad --la firma del poeta.
Hoy he elevado en una el número mundial de firmas por la Paz.
Y estoy contento como un adolescente enamorado,
como un árbol de pie,
como el inagotable manantial
y como el río con su canción de soberbios cristales.
Hoy parece que no he hecho nada
y sin embargo, he dado mi firma para la Paz.
La joven me sonrió y en sus labios había una paloma viva,
y me dio las gracias con sus ojos de esperanza
y yo seguí mi camino en busca de un libro para mis hijos.
Pues ahí estaba mi firma, precisa y diáfana,
al pie del Llamamiento de Berlín.
Parece que no he hecho nada
y sin embargo, creo haber multiplicado mi vida
y multiplicado los más sanos deseos.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
lunes, 6 de junio de 2011
sábado, 4 de junio de 2011
Lo real es soñar lo imposible
No cabe duda que en diferentes partes del planeta otro mundo se está gestando. Díganlo si no las diversas manifestaciones en países árabes, en España y en otras latitudes.
Hoy por hoy el movimiento más visible en nuestro País en la búsqueda de ese otro mundo, de ese otro México es el “Movimiento Ciudadano por la Paz con Justicia y Dignidad”. Javier Sicilia, quien está al frente de este movimiento, podría haber rumiado su propio dolor ante la pérdida de su hijo en la privacidad e intimidad y no habría pasado nada. Ni siquiera tendríamos derecho a reclamarle. Incluso por ser un notable personaje el gobierno se habría apresurado a buscar a los culpables del asesinato de los siete jóvenes. Privilegio del que no goza la mayoría de nuestro pueblo. Ahí habría terminado la cosa.
Pero lo importante y significativo es, como lo dice Javier Sicilia en su Carta a las Víctimas de la Violencia, “vamos hacia Chihuahua, el estado más adolorido del país, donde queremos unir nuestros sufrimientos a los suyos, para continuar ese consuelo que nos debemos y para a unirnos aún más en ese reclamo de justica que el Estado mexicano nos debe a todos.” Además, unidos en el dolor y en el consuelo, a pesar de nuestros miedos, continúa diciendo Javier: “seremos más fuertes para refundar esta nación adolorida.”
Este movimiento nacional en sí estoy seguro que no viene a enseñarnos nada nuevo. Hay mucho que las diferentes organizaciones están haciendo por nuestro adolorido pueblo; sin embargo, es la oportunidad de desplegar toda la energía de nuestra dignidad, es la oportunidad de visibilizar, una vez más, toda la reserva moral de nuestro pueblo, es una proclama ante tantos oídos sordos de que otro mundo y otra nación son posibles. Es una experiencia de amor y de solidaridad que es tan intensa y tan infinita como son estos valores. Es hacer real lo imposible, lo que hasta ahora nos parece inalcanzable: Un México en paz, con justicia y dignidad en un momento, tal vez efímero, pero que se eterniza en cada uno de nuestros corazones.
Yo no sé qué va a pasar después de esta caravana. Eso se los dejo a los intelectuales que cortan pelos en el aire y que, las más de las veces, se refugian en miles de susceptibilidades y reticencias para, finalmente, no hacer nada. A mí me interesa lo que ya está pasando desde ahora y lo que va a suceder durante el evento. Todo el montón de solidaridades, de encuentros, de saludos, de despojos de personalidades y de membretes para encontrarnos como simples seres humanos, amantes de la vida.
Me atrevo a invitar a nuestras autoridades, a funcionarios públicos, para que participen en esta movilización; pero no con sus investiduras ni desde la opacidad de sus funciones, sino como simples ciudadanos, es más, como seres humanos que son y miembros de una familia. No manden a sus agentes de gobernación como orejas que de poco les sirven. No vayan a pasar de largo como el sacerdote y el levita que abandonaron al malherido en el camino. Mucho bien les hará y nos hará a todos y todas un baño de pueblo, incluyéndolos a ustedes. Estoy convencido que lo real es soñar lo imposible. Así ha avanzado la humanidad. Y sólo así será posible que tengamos ¡PAZ Y VIDA DIGNA YAAA!
Pbro. Camilo Daniel Pérez
jueves, 2 de junio de 2011
A mis tres años, con mi muy escaso vocabulario, se me confundían las palabras. Y la palabra pterodáctilo sonaba tan parecida a relámpago.
El caso es que en la temporada de lluvias, apenas escuchaba que alguien mencionaba "relámpagos", yo corría a esconderme debajo de una mesa. Tantos japoneses no podían estar equivocados.