No debe uno dejarse ganar por el "sólo cinco minutos más". Cinco no son nunca cinco, son hasta veinte minutos de un sueño no merecido y por lo mismo, mal dormido.
Tanto puede pasar en veinte minutos... como que te creas despierto, te levantes y descubras que no hay café mientras en la amargura del descubrimiento te sorprenda observar que sobre las ventanas de la sala cuelgan y se agitan cortinas de bugambilias. Hay más gente en la sala de tu casa, se murmura un primo enfermo, y todavía hace falta café. Alguien te lleva a conseguirlo y en el camino un auto a toda velocidad se cruza en la calle. Ahí va Pancho Vega con su mujer, huyendo.
El despertar se convierte en sueño del que no se termina nunca de soñar.
Sigo sin café y El lugar sin límites sigue esperando sobre mi buró.

No vuelvo a dormir otros cinco minutos.

Comentarios

puchas, para mí el famoso 5 minutos más son tres horas más
Pirx dijo…
PAra mi tambien. Luego me levanto con dolor de cabeza...
Ya lo decía el personaje de El nombre de la rosa... bueno, no me acuerdo qué decía exactamente pero algo tenía que ver con dormir siestas y que era malo para el alma y el cuerpo.
webita dijo…
Debo confesar que a mí me ganan muy seguido los (veinti)cinco minutos más... y luego salgo en chinga con los pelos escurriendo directo de la regadera hasta el escritorio. No tengo pelos en todos lados gracias a la depilación láser fraudulenta, eso ayuda a bañarse más rápido.
En las mañanas son chidos los cinco minutos, pero en la siesta de la tarde hace mucho daño.

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