Post sin suspenso

Y continuando... írenla qué agusto. El clima estaba perfecto y nos
acompañaban unas vecinas del valle.

Yo me estuve saboreando las papas fritas que se comía Rebecca, pero por

desgracia no cuento con su metabolismo. Me conformé con unos cacahuates igual de buenos y grasosos.


Allá hasta las alergias se saborean.


Retomamos el camino hacia Cusárare y Alex, que es un modelo nato,

quiso fotografiarse con las bicicletas.


El agua estaba heladísima, pero es bien sabido que los niños son de hule

y disfrutaron mucho con el chapuzón y andar persiguiendo a los inocentes pececitos

que se atrevieron a nadar cerca de ellos.

No hay nada que me guste tanto como comer al aire libre, con el aroma

del café hirviéndose y el pescado asándose.

Quén lo hubiera creído... una represa en el lago de Arareco.

Y tan benévola fue la lluvia este año que los árbolitos que estaban muy lejos de la orilla

del lago, fueron cubiertos en parte por el agua.

¡Casi se nos inunda la cabaña!

Nubes como éstas, nomás en la Sierra.

¿Quién quiere ir conmigo el año que entra?

Comentarios

Unknown dijo…
Dónde conseguiste esa cabaña? Como o dónde se reserva?

Entradas populares